Château Corbiac Pécharmant : una continuidad excepcional

La geología de una comarca privilegiada

Originada a partir de formaciones geológicas de los periodos terciario y cuaternario, la familia de suelos conocida como «arenas y arcillas del Périgord» caracteriza la ladera de Pécharmant.

En términos geológicos, esta formación detrítica continental de gran complejidad remodeló y erosionó en mayor o menor medida los depósitos siderolíticos. O sea, que la caliza que fue aflorando a partir del Eoceno, sufrió una alteración importante, que dio lugar a una superficie erosionada, una superficie constituida por cinceladuras superficiales resultantes de la infiltración en la caliza, luego colmatada por residuos de descarbonatación (arcilla), pero sobre todo por sílex enriquecidos por depósitos de aluvión más o menos ferralíticos procedentes del Macizo Central, depósitos de aluvión cuya presencia es muy heterogénea.

Así, en la colina de Pécharmant, arcillas abigarradas, mezcladas con restos de arenisca y sílex, con lentes de arcilla amarilla, roja e incluso azulada en Corbiac (línea azul para los límites del dominio). A menudo, se mezclan guijarros de cuarzo con estas arcillas. Además, estas formaciones detríticas están cubiertas de limo, de origen más reciente, en parte eoceno.

Precisamente en Corbiac, en lo alto de la ladera de Pécharmant, esta terraza elevada (antiguo Pleistoceno), a una altitud de entre 110 y 130 metros, está formada en superficie por guijarros toscos de color rojizo y gravas, mezclados con una textura limo-arcillosa, que descansa sobre el subsuelo de arenas arcillosas parduscas con guijarros y arcillas grisáceas, conocidas localmente como «tran»..

El viñedo de Corbiac (línea blanca) está plantado en un suelo hidromórfico lavado, rico en arcilla de tipo esméctica que tiene la propiedad de hincharse mucho en presencia de agua. Durante los periodos secos, estas arcillas se encojen, formando grietas de contracción en las que pueden penetrar las raíces de las viñas y encontrar humedad a más de 2 metros de profundidad, en el «tran».

Por otra parte, la Facultad de Enología de la Universidad de Burdeos ha observado que las uvas procedentes de estos suelos arcillosos y limo-arcillosos presentan concentraciones más elevadas de antocianas y taninos que las producidas en suelos areno-gravosos que componen el resto de la denominación Pécharmant.

Una viticultura orientada a la sobre maduración: coctum y percoctum

El viñedo de Corbiac, muy raramente nevado, pero sobre todo plantado en la loma de Pécharmant y orientado al sur, se compone hoy en día de las variedades Merlot (60%), Cabernet Franc (15%), Cabernet Sauvignon (15%) y Malbec (10%). La variedad de uva «Fer» (palabra occitana que significa «fácil de conservar»)  cultivada en el pasado, con sus cepas Carmenets, ha dado paso a las más elaboradas de su familia; mientras que la Malbec, que aporta notas especiadas, representa a su prima cercana de antaño.

En Corbiac, el protagonismo del Merlot es un valor probado para la frutosidad y su predominio corrobora una de las características típicas ligadas al corazón del terruño de Pécharmant, a saber: que el excelente estado sanitario de las uvas se ve favorecido por una aireación natural del viñedo situado en lo alto de la ladera y apoyado por un método de cultivo en hierba.

Además, es bien sabido que los suelos propensos a la botritis dan preferencia a los Cabernets, que son poco proclives a sucumbir al ataque de este hongo, pero cuya maduración es más tardía y que tienen una astringencia gustativa recurrente. De hecho, la madurez de las uvas es una condición esencial para obtener vinos tintos de calidad.

Los agrónomos latinos ya insistían en que se debía  cosechar tarde. En su tratado De re rustica, Catón el Viejo ya señalaba, siglo y medio antes de Cristo, que «para hacer buenos vinos, las uvas deben recogerse maduras (coctum) e incluso confitadas (percoctum)«.

Este es el principio que guía nuestro método de cultivo cultural y convencional, apoyado en la ubicación privilegiada de nuestro viñedo, para llevar el Merlot, el Cabernet y el Malbec a su madurez óptima, momento en el que la vendimia, realizada con nuestra propia máquina cosechadora, puede llevarse a cabo de forma independiente  y adecuada.

A partir de ese momento, se reúnen las condiciones de extractabilidad para que la vinificación tradicional, consistente en una fase de extracción pre fermentativa, una fase de fermentación alcohólica acompañada de delestages,(separación de la parte líquida del mosto de la sólida)  y una fase post fermentativa de los residuos, pueda realizarse en un ambiente inerte asistido por un control de temperatura por medio de goteo de agua fría y flujo de aire caliente en la base de las cubas, todo ello antes del envejecimiento.

Producción directa

En 1968, tras concluir sus estudios de ingeniería agrónoma Bruno (†), decimosexta generación Corbiac,  se hizo cargo de toda la finca.

La viticultura y la ganadería ovina eran las dos actividades iniciales de la finca; a partir de 1981, se emprendió una modernización completa de la bodega con miras a una explotación directa del viñedo, al margen del modelo cooperativo. Desde entonces coexisten el acero inoxidable y las barricas para perfeccionar la maduración de las diferentes añadas de Pécharmant procedentes de las 18 hectáreas de viñedos actualmente en reconversión con una densidad de 5.000 cepas/ha, preservando escrupulosamente la presencia de las cuatro variedades de uva tradicionales, mencionadas en el decreto del INAO de 12 de marzo de 1946 por el que se reconoce la DOC Pécharmant.

Thérèse, su esposa, participaba más que nunca en todas las actividades de la finca y se dedicaba especialmente a dinamizar la actividad comercial tanto con la numerosa clientela privada que acudía a Corbiac como parala venta por correspondencia, a clientes franceses y extranjeros, todos ellos conquistados por Château Corbiac Pécharmant.

Paralelamente, se estaba produciendo ya la transición a la siguiente generación, representada por Antoine, hijo de Bruno. que se integró gradualmente en  las actividades  con el objetivo de continuar lo que sus antepasados habían construido a lo largo de los años en esta tierra del Perigord Púrpura.

Superar las expectativas de los amantes del vino

Decimoséptima generación, Antoine, licenciado en Ciencias Económicas y posgraduado en Inteligencia Económica, trabajó varios años en el extranjero en el sector de la distribución de vinos y licores y después en las nuevas tecnologías de la información. Actualmente centra su proyecto profesional en el desarrollo de la empresa vinícola familiar y en con un audaz enfoque comercial sin intermediarios.

Ya en 1997, creó uno de los primeros sitios web dedicados al vino, www.corbiac.com, con el fin de garantizar a Château Corbiac una difusión continua y amplia, combinando hoy una fuente de información actualizada con una herramienta de comercio electrónico para la venta a distancia a particulares.

Su reto será, pues, combinar la pericia cualitativa ligada al terruño, a una viticultura razonable y a una vinificación tradicional, con esta dinámica orientada a superar las expectativas de los consumidores.

Desde entonces, Château Corbiac, manteniendo un precio atractivo y asequible, es la expresión ineludible de la excelencia en Pécharmant.